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Estudios

Tomado del libro CISTERNAS ROTAS escrito por Anita Keith

¿Será que cuando llegamos a Cristo todos nuestros problemas son solucionados? ¡Qué bueno sería!
¿Qué pasa cuando el hombre natural, muerto espiritualmente, nace de nuevo?
Su espíritu tiene vida espiritual porque se une a Dios a través de su fe en la obra de Cristo en la cruz, y porque se arrepiente de su condición de pecador, pero todavía tiene la contaminación del pecado en su carne.
Su mente es engañada por Satanás, y necesita ser renovada, (Romanos 12:2). Su alma sigue siendo rebelde y necesita aprender a someterse al gobierno de Dios para que la imagen de Él se perfeccione a través de Cristo.
Sus cinco sentidos perciben un mundo caído que gira alrededor del bien y del mal y su alma reacciona según la carne.
La vida cristiana es la vida de Cristo en mí, creciendo cada día. Es comer del árbol de la vida que es Cristo para que todo lo que yo haga sea Cristo haciéndolo en mí y a través de mí.
Vemos que aunque somos hijos de Dios, nuestra alma, y el alma de todos los que nos rodean, es un alma que tiende a rebelarse contra Dios, y el dolor de un mundo caído nos ha abatido desde antes de nacer.
Nacemos con un vacío que existe porque el diseño de Dios para nosotros es que vivamos en la perfección; por causa del pecado quedamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Aunque no somos muy conscientes de ese vacío, podemos darnos cuenta de él, mirando primeramente lo que anhela el ser humano y luego algunos comportamientos que corresponden a estos anhelos.
Los anhelos profundos de cada ser humano son:
1. Un ser fuerte de quien depender.
2. Ser amado incondicionalmente.
3. Vivir en el mundo perfecto para el cual fue diseñado.
4. Comunicación plena con alguien que le comprende totalmente.
5. Sentirse pleno e importante.
Estar destituidos de la gloria de Dios quiere decir que la condición en que quedaron ese día, es la misma condición en que nace cada ser humano, es decir: cada ser humano anhela un mundo perfecto, un ser fuerte de quien depender, sentirse amado incondicionalmente, una comunicación plena con alguien que le comprenda, sentirse pleno e importante.
El ser humano fue diseñado para vivir en un mundo perfecto, para sentirse bien a toda hora, para depender de Dios, un ser fuerte e infalible, para sentirse amado. El vacío en el ser humano se debe a que todas estas cosas se perdieron cuando entró el pecado y aunque el hombre no es consciente de lo que causa su vacío, trata de llenarlo.
Como nosotros fuimos diseñados para un mundo perfecto, toda la imperfección nos disgusta demasiado. Siempre estamos anhelando lo que se perdió. Buscamos una persona perfecta que nos ama y un mundo perfecto que nos rodee.
(Tomado del libro Cisternas Rotas escrito por Anita Keith.)

Ahora, por medio de orar la Palabra de Dios, confesamos nuestras dependencias personales (cisternas rotas) y declaramos nuestra total dependencia de Dios.
PORQUE DOS MALES HA HECHO MI PUEBLO: ME DEJARON A MÍ, FUENTE DE AGUA VIVA, Y CAVARON PARA SÍ CISTERNAS, CISTERNAS ROTAS QUE NO RETIENEN AGUA. Jeremías 2:13
Padre Celestial confieso que he hecho estos dos males. Te he dejado y he buscado llenar mis vacios con personas, con cosas y situaciones fuera de Ti. Reconozco que Tú eres la fuente de agua viva. Renuncio a cavar cisternas rotas teniendo expectativas fuera de Ti. Declaro que Tú y solo Tú, llenas mis vacios. Tu eres el ser fuerte de quien depender; Tú me amas como yo necesito ser amado; en Ti encuentro el mundo perfecto que anhelo; Tú me comprendes, en Ti estoy completo. Gracias.
GUÁRDAME, OH DIOS, PORQUE EN TI HE CONFIADO. OH ALMA MÍA, DIJISTE A JEHOVÁ: TÚ ERES MI SEÑOR; NO HAY PARA MÍ BIEN FUERA DE TI Salmo 16: 1, 2
Señor mi Dios, confío en que Tú me guardes; en Ti busco protección, en Ti me refugio. Tú eres mi Señor, mi bien; nadie es comparable a Ti. Me doy cuenta Padre Celestial que fuera de Ti, no hay bien para mí. Confieso que he buscado amor fuera de Ti, busco ser comprendido y amado incondicionalmente. Me doy cuenta que Tú eres el único que me amas como fui diseñado ser amado. De verdad, fuera de ti no encuentro lo que necesito. En Ti estoy completo.
ME MOSTRARÁS LA SENDA DE LA VIDA; EN TU PRESENCIA HAY PLENITUD DE GOZO; DELICIAS A TU DIESTRA PARA SIEMPRE. Sal 16:11
Padre mío, lo creo de todo corazón; en Tu presencia hay plenitud de gozo. En Tu presencia encuentro el mundo perfecto que anhelo. Tú eres mi mundo perfecto. Renuncio buscar la perfección en el mundo natural. Gracias por las delicias que encuentro a Tu lado. Tú me concedes el gozo de tu compañía, de tu presencia. Escojo deleitarme en Ti; Tú me muestras la senda de la vida porque Tú eres mi vida.
PERO EN CUANTO A MÍ, EL ACERCARME A DIOS ES EL BIEN; HE PUESTO EN JEHOVÁ EL SEÑOR MI ESPERANZA, PARA CONTAR TODAS TUS OBRAS. Salmo 73:28
Señor ¡qué bueno es estar cerca de Ti! Declaro que permanecer cerca de Ti es el verdadero bien para mí. He intentado buscar sentirme pleno e importante bebiendo de otras fuentes pero hoy renuncio a buscar fuera de ti, cavando cisternas rotas que no retienen agua. Pongo en ti mi esperanza y declaro que todas mis expectativas están en Ti. Decido depender solo de Ti, recibo Tu amor incondicional y Tu comprensión; declaro que en Ti estoy completo porque Tu eres mi Mundo Perfecto. Gracias. No buscaré más porque ¡ya Te encontré!
 


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