Dios es el Creador del universo. Nada existe que Él no haya creado. Él siempre ha deseado relacionarse con los seres que Él creó. Al crear millares y millares de ángeles, los creó con la necesidad de adorarlo para poder sostener su relación con Él. Estos seres espirituales eran libres para adorarle y así relacionarse con Él o no, teniendo en cuenta que a Dios no le hace falta quien le adora; Él solo desea amar y relacionarse.
Uno de los principios infalibles del reino de Dios es la libertad. Él no esclaviza, no domina, ni manipula para que sus seres creados permanezcan en su reino. Él los deja libres para quedarse o para salirse.
Dios dividió los ángeles en tres grupos con tres jefes, Luzbel, Gabriel y Miguel. Pero en Luzbel le fue hallada la maldad1 lo cual le llevó a desear ser adorado como Dios. Como ser creado, fue creado para adorar y al buscar adoración para el mismo, se rompió la relación con Dios. Formó otro reino ─ el reino de las tinieblas.
Contrario al reino de Dios, el reino de las tinieblas es un reino de dominio, esclavitud y manipulación. Los ángeles caídos pronto se dieron cuenta que la adoración a Lucifer no fue libre, sino obligatoria. El rey de las tinieblas se había convertido en un dictador cruel, despiadado y obsesionado con la adoración que exigía de sus súbditos.
Sin embargo esta situación no alteró en ninguna manera los principios del reino de Dios, ¡su reino es inalterable!
Dios el Creador siguió con la creación, expresándose en su esplendor. Creó el universo y todo lo que existe, y culminó con la creación del ser humano. Fue un ser espiritual hecho al imagen de Dios2 quien es Espíritu, y con un cuerpo humano para poder existir simultáneamente en la tierra y vivir espiritualmente en el reino de Dios. El puente entre el cuerpo y el espíritu se llama el alma, haciendo al hombre un ser tripartito.
Adán y Eva siendo seres espirituales, fueron creados para relacionarse con su Creador a través de la adoración, y libres para ser dirigidos por El. Les fue dado el señorío de la creación3. Esta fue una autoridad delegada. Dios delega autoridad ─ otro principio del Reino. Todo lo que ellos hacían era perfecto porque todos sus actos fueron dirigidos por Dios.
Adán y Eva estaban vestidos de la gloria de Dios lo cual indicaba que se veían a través de esa gloria.
La advertencia de Dios al hombre de guardar el huerto de Edén indicaba la existencia de un inmenso e inevitable peligro4.
En el libro de Génesis leemos como la astucia de la serpiente puesta por Satanás, los hizo salir del Reino de Dios y entrar en el reino de las tinieblas. Al obedecer a Satanás, lo adoraron e inmediatamente se rompió la relación con Dios y quedaron destituidos de su gloria. Su enfoque a la vida cambió para siempre, ya se enfocaron en lo natural y así murieron espiritualmente5.
Entraron en el reino de las tinieblas donde no existe lo absoluto sino lo relativo. El árbol del conocimiento del bien y el mal, esa puerta que les fue presentada como libertad, los entró en un reino donde todo se podía hacer, sea bien o mal.
Todo lo que se hace en el reino de las tinieblas se llama pecado y es una adoración a Satanás.
Cuando el hombre se independizó de Dios al entrar en el reino de las tinieblas, la creación entera se desencajó porque la autoridad delegada por Dios a Adán y Eva, fue entregada al rey de las tinieblas6.
1 Ez 28:15 2 Gn 1:27 3 Gn1:28 4 Gn2:15 5 Gn 36 1Jn 5:19
Continuará …