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Estudios

HUMILDAD EN EL REINO DE DIOS escrito por Anita Keith

¿Qué es ser una persona humilde? ¿Es ser una persona pobre? O ¿es alguien que se deja de todo el mundo? Se oye mucho la expresión manso pero no menso. ¿Eso es ser humilde? O ¿era Moisés, el ejemplo de la humildad?1

Miremos la vida de Jesús2. ¿El se dejó de todo el mundo? O ¿de qué dependía Su humildad?

Creo que Su humildad dependía de la posición que Él tomó en el Reino. Él se colocó bajo la dirección del Padre y siempre hizo la voluntad de Dios3. Esta posición fue de tanta importancia que si se salía de ahí, terminaba haciendo su propia voluntad.

¿Qué tiene que ver esto con nosotros? Pues, Dios quiere que nos coloquemos en la misma posición, sometiéndonos a Su gobierno, haciendo Su voluntad. Lo que pasa con nosotros, es que siempre queremos hacer nuestra propia voluntad, somos orgullosos y autosuficientes, “sabemos” que hacer, entonces no nos sometemos a la voluntad de Dios.

Humildad es colocarnos en la misma posición de Cristo. El Padre nos mostrará que hacer en cada situación. Siempre sentimos la necesidad de defendernos y creemos que si no nos defendemos nos van a seguir tratando mal. Ahí está el engaño. Cuando yo renuncio a defenderme y creo firmemente que el único que realmente me defiende es el Señor, Él lo hará y me mostrará que hacer. Él me dará palabras para hablar, o me dirá  que me calle. Todo será según lo que Él quiere, no lo que mis emociones quieren. Esa es la verdadera humildad del Reino.

¿Cuál es el resultado de la humildad del reino? Someto a Él todo lo que yo pienso, creo y quiero. Estoy convencido que mis razones tienen que ser sometidas a la razón de Dios. Así puedo aceptar los pensamientos de los demás sin imponer los míos. Así puedo llegar a un acuerdo en Cristo porque estoy sometido a Él.

La meta es permanecer en la posición de Cristo, bajo la dirección de Dios Padre para disfrutar las soluciones que coloca a las dificultades, y ver como Él nos defiende en momentos de injusticia.

El amor de Dios es tan fuerte por nosotros que si no nos humillamos Él nos humilla con el solo fin de que nos coloquemos en el orden propuesto por Él. Primero que todo si no estamos en la posición de ser humildes no podemos esperar ningún resultado a nuestra favor de parte de Dios.

Fue el orgullo en el corazón de Luzbel que lo sacó del Reino de Dios; fue el orgullo que a la final sacó a Adán y Eva a las tinieblas y ese orgullo fue impregnado en cada uno de nosotros. Es por eso que Dios es tan celoso con nosotros. La simiente del pecado produce el fruto de la independencia de Dios.

1Nm.12:3 2Fil.2:7 3Jn.5:30

 

I Peter 5: 5-7

Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».

 Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.

Si yo me humillo debajo de la poderosa mano de Dios, encuentro que estoy en un lugar de protección y total dependencia de Dios. Desde esta posición de humildad puedo echar mi ansiedad sobre Él y así experimentar su cuidado. Al contrario, si soy orgulloso soy independiente de Dios y no puedo esperar ni su protección o su cuidado.

La humildad en el reino de Dios es la total y absoluta

dependencia de ÉL.

 

 


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